domingo, 12 de junio de 2016

Pensamientos futbolísticos.

   Hace unos dias, volví a jugar al futbol, una pachanga con un compañero del trabajo y algún que otro Alemán, no es lo mismo que jugar con mi gente como siempre he jugado, pero reconforta, acabe tan destrozado que me sigo preguntando a día de hoy si merece la pena. Pero la sensación de acabar fundido y meterte a la ducha a sentir como el agua caliente va relajando tus músculos es algo que lamentablemente había olvidado. Y existen pocas cosas mejores, tal vez recuperar lo poco que hayas perdido tomándote una cerveza en el Lucky mientras comentas el partido que acabas de jugar, pero eso a día de hoy es demasiado soñar.

   Hace ya 4 años y 9 meses que había jugado mi último partido, al menos fue rodeado de un buen puñado de amigos, y desde entonces no ha habido un solo día en el que no lo haya echado de menos. Tal vez fue un castigo merecido, porque ese día no debía de estar en esa pista en una playa de Mazarron, pero fue demasiado duro e injusto, seguramente como todas las lesiones. Incluso deje de ver partidos de futbol porque no podía soportar la idea de no volver a jugar. Los que me conocen y sobre todo los que han compartido pista conmigo saben que es verdad, que hay poca gente que haya disfrutado tanto del futbol como yo lo he hecho. Para mi nunca fue un problema madrugar, jugar 4 partidos el mismo día o hacer 100 kms solo para jugar un partido, irme de las paellas de Cartagena, de las fiestas de teleco para jugar o empalmar una noche para jugar un partido a las 9 en Domingo. Para mi siempre fue una forma de relajarme, de no pensar, de disfrutar, de mantenerme en forma y de conocer gente, de hacer amigos, porque siempre he pensado que jugar al futbol sin amigos no tiene sentido. Vale, estoy de acuerdo, muchas veces me he quedado a jugar con los que venían después porque les faltaba uno, pero no es ni de lejos lo mismo. Y es que no puede serlo, porque he tenido la suerte de compartir pista con los mejores tipos del mundo.

    Llevo todo este rato intentando recordar cual fue el primer partido que jugué, y no soy capaz de acordarme. Me acuerdo de los partidos en el colegio, en San Pablo cuando la mejor forma de hacer equipos era pidiendo y lo bueno que fueras iba determinado por el orden de elección, o cuando se jugaba un Madrid - Barcelona y nos repartiamos a los del Atletico y al único seguidor del Valencia que a día de hoy conozco para compensar los equipos. Poco a poco fuimos creciendo y con ello íbamos ganando el derecho a jugar en la pista de los mayores. Tal vez esos fueron mis primeros partidos y en todos ellos disfrute y aprendi. Intentando robarle la pelota a Jose Francisco o envidiando la zurda de Angel.
     
     También se me vienen a la cabeza todos los partidos que jugue con la gente del instituto, esos partidos de los sábados por la mañana, con una camiseta verde horrible que nos hicimos para un campeonato que nunca llegamos a jugar, alli estaban los hermanos Cano, Valero, Micky, Fran, y algunos más con los que he compartido años y años de futbol y amistad. Allí aparecieron Joaqui un cierre rapidisimo al que las lesiones no le dejaron jugar con mucha continuidad, Zambudio todo técnica y clase y Álvaro, nuestro gran capitán, el mejor cierre con el que he jugado nunca, y una de las personas con las que mejor me he sentido jugando.

     He compartido pista con muchísima, muchísima gente, con algunos de forma casi anecdótica, con otros de forma regular, como mis amigos de los partidos de los Domingos a las 9 de la mañana en Maristas, con Juan, Josico, Jesus, Basilio, la familia Almagro, Raul, El Pequeño, y otros a los que intentábamos engañar para que se hicieran fijos pero que no les terminaba de convencer la hora.

    O el partido de los viernes, donde hice con mi padre lo que no se si seré capaz de hacer yo con mi hijo, compartir pista, junto a el, y a un montón de amigos suyos que acabaron convirtiéndose en amigos míos, jugando en el equipo rojo y con maestros como Pedro, Evaristo, Michel o mi padre, aprendi a colocarme en la pista, a ver huecos donde antes solo veía piernas o a intentar abrir una defensa pegándole de lejos, a como ganar un partido haciendo que el rival corriera mucho mas que tu, porque el equipo Azul siempre era mas rápido, y más fuerte, y siempre fichaba mejor, pero aun así no siempre ganaba, con Paco, Fernando,  Pepito, Gines y José se hacia siempre muy duro de ganar.

     La universidad llegó y con ello muchos mas partidos, mas campeonatos y 24 horas, apareció un partido los viernes por la mañana, mezcla de compañeros de ingeniería y gente de derecho, fueron los primeros partidos con Antonio Ferran, capaz de dejarte en ridiculo regateando en Slow-Motion, o de Roman, un alma de jugador brasileño encerrado en un murciano, el gran Paco Sarabia y su obsesión por darle pelotazos al rival, las paradas de Jose Luis, seguidor de Vitor Baia, El gran Quiñonero al que podias llegar a odiar si jugaba en el equipo de enfrente y al que siempre te alegrabas de tener a tu lado o Manolo Martinez,  técnico y siempre en forma, que siempre hacia que cualquier partido fuera un rato un poco mas entretenido.



     No me olvido tampoco de los múltiples partidos en la playa, con el Nervios, Javi, Jose o Pedro y la obsesión por ganar todas las tardes a los patanes de Manga Beach. Múltiples 24 horas y campeonatos pasándolo mal con el calor, pero que siempre tenia recompensa y un baño para recuperar las fuerzas perdidas. 

     Se me viene también a la cabeza otro pedazo de grupo con el que pase muy buenos ratos, Fede, Pepe, Ricky, Salva, Alvaro y yo estorbando, nos enfrentábamos todos miércoles contra Fran, Joaquin, Alvaro, Javi  o Mariano. 



    Por esta epoca empezaron también las distintas ligas de Maristas, bien jugando con los escorpiones, posiblemente un grupo de gente que amaba el futbol tanto como yo, y capaces de dejarlo todo por jugar un partido, los hermanos Rocamora, Pablo, Javi Montero, Pedri o Valera entre otros , con ellos aprendi a jugar siempre al ataque, a buscar con obsesion la portería contraria, y a ganar incluso jugando con uno menos. 

     Y sobre todo formando parte de los inigualables Cogollitos, a los que siempre pertenecerá mi corazón, porque son el mejor grupo de amigos con los que he compartido pista, fiestas y momentos, un grupo con identidad y mentalidad propia, y con los que hemos ganado muchos partidos simplemente por echarle mas cojones que el resto. Si tuviera que elegir con que equipo del mundo jugaría el próximo partido, sería sin duda con ellos, con Juan, posiblemente uno de los mejores con los que he compartido pista, la potencia de Nestor, el disparo de David, las piernas infinitas de Kuki y su forma de robar toda bola que pasara a menos de 5 metros de él, Alvaro nuestro gran Capitan o su hermano Carlos, la entrega de Perico o la fuerza de Cheki entre otros muchos cogollitos con los que he compartido menos minutos de futbol. 

     Ha sido muchísima, muchísima gente con la que he compartido pista y doy las gracias, por haberos conocidos a todos, pero es imposible nombrar a todo el mundo,  por favor no os sintáis excluidos, también os agradezco de corazón cada uno de los minutos que he compartido pista con vosotros. Pero sobre todo cuando hablo de futbol, se me vienen a la mente algunos nombre más, por ejemplo Antonio, seguramente el mejor jugador con el que he compartido pista, capaz de ganar cualquier partido el solo y la mejor zurda de Murcia, he compartido tantos partidos contigo como fiestas y buenos momentos, campeonatos, 24 horas, e igual que yo, capaz de hacer los kilómetros necesarios para jugar al futbol. Otro gran compañero ha sido Jose, al que solo su ansia por viajar a sitios extraños aparto de mi lado en cualquier equipo en el que yo jugara, y por supuesto se echa de menos a alguien con el que eres capaz de entenderte solo con mirar. El último de la lista es mi hermano Alejandro, para mi siempre Jandro, con su zurda increíble y que siempre estaba dispuesto a jugar a mi lado, potente, fuerte, técnico... con el que aprendi a jugar al futbol destrozándonos las rodillas en las losas infernales del Mojon. 

    Así que como resumen, os doy a todos las gracias por haber compartido pista conmigo, por haberme dedicado un rato de vuestras vidas para hacer una de las cosas que mas feliz me ha hecho nunca. ¿Recordáis alguna partido conmigo? Me encantaría saberlo, y sobre todo, aunque se que a algunos de vosotros la idea de jugar empieza a pareceros algo lejano, yo sigo esperando volver a jugar con todos vosotros alguna vez. Así que, ¿Cuando quedamos?