sábado, 6 de agosto de 2016

Un dia en el medievo




          Aqueste castiello fue un día muy grande, se repetía en mi cabeza una y otra vez mientras me aproximaba al Burgo de Hanstein. Las modernas carreteras alemanas se convirtieron en una calzada apenas pavimentada y de ahi pasamos a una sucesión de adoquines mientras nos acercábamos a Bornhagen, otrora ciudad dormitorio, llena de posadas y tabernas donde encontraban reposo tantos y tantos viajeros. La mayoría monjes que recorrían las regiones de Thuringia y Sajonia proclamando a los cuatro vientos la nueva religion de su maestro Lutero. Estos monjes habían partido de Eisenach, cuna del Protestantismo, y fueron formados en Wittenberg, ciudad donde Lutero promulgo por primera vez sus 95 reglas. Situada a apenas 150 kms al Este se había convertido en un lugar casi de peregrinación obligada para los nuevos seguidores de esta religion. Más al Oeste, en la ciudad de Colonia, el Catolicismo peleaba por mantener su hegemonía en las tierras Germanas, era una batalla basada en las palabras, en la fe, y no en las espadas como tantas otras veces se había vivido. El Burgo de Hanstein se situaba a mitad de camino entre estos dos sitios y por lo tanto era un lugar de paso obligado entre estas regiones. Hoy lo sigue siendo, aunque ya no tiene ese esplendor. Sigue siendo un cruce de caminos, si miras el mapa, esta zona esta repartida entre 3 regiones Alemanas. El castillo tiene su localización en Thuringia, pero Sajonia empieza a unos cuantos kilómetros en dirección Norte, y la región de Hessen unos cuantos kilómetros al Suroeste. Ha recuperado algo de su esplendor desde que fue escenario de las escenas medievales del Medico, y mientras recorria los últimos metros por las adoquinadas calles que precedían la subida al castillo no podia evitar sentirme emocionado. 
     

      La fortaleza aunque no es grande si se erige imponente, 2 de sus torres están completamente derruidas, pero 2 de ellas se mantienen en vigor y hace de la silueta del castillo algo digno de ver. Sigo subiendo los adoquines, hermosas casas con los jardines decorados de flores se sitúan a uno y otro lado de la calzada adoquinada, y al doblar una esquina junto a un enorme barril de vino se sitúan 2 soldados, uno armado con una Alabarda (Da gusto ver como la eficacia de nuestros tercios todavía se recuerda en estas tierras) y otro mas confiado con un espada enfundada y su escudo a 5 yardas de el. Me comunican que tengo que pagar si quiero entrar a la ciudad, y puesto que yo voy desarmado y soy hombre de paz no tengo mas remedio que hacer caso a sus exigencias. Previo pago de 1 pieza de plata, me dejan pasar y continuar mi camino. Tras terminar el pueblo empieza la subida al castillo y empiezo a observar lo que me espera arriba. 


     
     Puestos de delicias locales, un panadero que hornea lo que parece ser una oblea de pan con ingredientes por encima, puestos de embutidos y salchichas, una tienda de armas, otra de vestidos, tal vez esta noche haya algún baile, porque las mujeres de la zona parecen entusiasmadas comprando. Sigo subiendo la cuesta, que bordea la colina donde se sitúa la fortaleza, y el castillo se erige enfrente de mi. Las puertas están abiertas invitando al visitante a la fiesta local. 

     Una taberna se sitúa a mi derecha, y la gente parece que disfruta del brebaje local. Dicen que la cerveza en esta zona es bastante buena, tendré que comprobarlo por mi mismo. Justo al lado unos cocineros le dan vuelta a un artilugio donde se encuentra ensartado un Jabali, eso también tendré que probarlo piensa mi cabeza. Sigo andando y observo como unos artistas simulan una batalla en los muros del castillo, parecen buenos, bastante buenos. Casi podría llegar a creerme que luchan por su honor, o por alguna doncella, aunque también podría ser por algo menos importante como quien le debe una cerveza al otro. Atravieso finalmente las puertas y me encuentro a 2 peregrinos, no se que dirección llevan, tal vez se dirijan a Santiago, ya que una de las rutas pasa por este lugar. Justo a la izquierda se sitúa un aspirante a mago, los niños parecen entusiasmados, pero yo tengo la impresión de que sirve para poco mas que entretener a los infantes. 



      Estoy en la plaza de armas, desde aquí puedo observar las 2 torres que todavía se mantienen en pie, en el lado norte de la fortaleza se observan las 2 torres que han caído, se puede acceder a la muralla norte, pero parece bastante afectada por algún viejo conflicto, así que me dedico a seguir visitando el mercado medieval que se sitúa en el patio de armas. Al seguir avanzando veo anunciada la taberna local, situada ahora en la antigua sala de los caballeros. Al entrar dudo de si es una taberna o un museo, porque tiene mas espadas en las vitrinas que en las manos de los distintos soldados que pueblan esta sala. Sigo paseando por el castillo y observo a dos mujeres mayores, sus atuendos son viejos, pero lucen orgullosas y me ofrecen probar un poco de Queso y Pan. No me parece para nada una oferta rechazable, pues el viaje fue largo y algo en mi estomago me avisa que debo de aceptar la oferta. Tienen varios quesos ensartados en una brocheta, y finalizado con una Uva, y el precio es realmente bueno, así que le doy unas cuantas piezas de plata a las mujeres y degusto una nueva ronda. Siempre me gusto el queso, y hoy no ha sido una excepción. 

       Los quesos son fuertes, aromáticos, muy intensos, el primero es algo mas cremoso y entra delicioso acompañado de un pan oscuro de cereales. El segundo es algo peor, tiene un gusto un poco mas amargo, y aunque esta bueno no se puede comparar con el primero. El tercero es bastante especiado con alguna hierba local, podría decirse que es pimentón, pero jamas se uso por esta zona. El cuarto me recuerda a alguno tomado mucho mas al sur, en la region de Italia, por aquella zona lo llaman Parmesano, obviamente no es el mismo queso, pero mi mente se ha ido enseguida en esa dirección. El primero sin duda es el mejor, y le pido a la señora que me empaquete un trozo para después, nunca se sabe como de largo sera el camino hasta la siguiente posada. El castillo no tiene mucho mas, unas vistas prodigiosas de todos los valles que lo rodean. Desde donde estoy puedo observar bosques y mas bosques, el rio Werra pasa cerca y lleva mucha agua. Subo a una de las torres y observo el paisaje, es sin duda excepcional, tendré que volver por aquí y explorar la zona. Bajo de la torre y me dedico a seguir explorando el mercado, el simulacro de pelea ha sido sustituido por una banda de Gaiteros locales y un percusionista, tocan varias canciones, pero solo reconozco una de ellas, la escuche en Escocia, y ahora es el himno del país, suena bien sin duda, muy bien. Después me entero de que participaron en la banda sonora del Medico, es normal que sepan lo que hacen. 


    Sigo el paseo y observo varios puestos de artesanía y baratijas locales y decido que por fin es el momento de probar la cerveza local y el jabalí asado. Ambas cosas pasan la prueba. La gastronomía local es tan buena como había escuchado, es un alivio probar otro tipo de recetas y dejar de lado las omnipresentes salchichas. Creo que es la primera vez que estoy en un evento así y no las veo por ningún lado, un hurra por el Burgo de Hanstein. Termino de explorar la zona y encuentro a un entrenador de tiro de Ballesta, no soy un mal arquero, pero jamas he probado la ballesta y decido que hoy es un buen día para aprender, realizo unos cuantos disparos, me gusta la ballesta, es lenta para cargar pero es realmente efectiva al apuntar. Me sorprende ser capaz de acertar 3 de 4 disparos, tendré que pensar el hacerme ballestero. Justo al lado una forja realiza con sus aprendices varios tipos de armas, y a continuación mas y mas tiendas de distintos tipos de ropajes. No parece haber mucho mas, pero me parece suficiente para pasar un buen día, así que busco a mis amigos, y nos dedicamos a disfrutar de la música, de la cerveza y del Jabalí asado, así como de otras muchas viandas que nos ofrecía la ciudad. 


      Sin duda ha sido un gran día, después de una semana de tensión, me merecía un día así. Me informo de que las puertas de esta ciudad permanecerán un día mas abiertas. Pero mi viaje debe de continuar, puedo adivinar que volveré el año que viene, así que si alguien quiere acompañarme será siempre bienvenido.

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